SOBRE EL PROBLEMA AGRARIO CAMPESINO EN LA REGIÓN HUÁNUCO
ESTA DEMOCRACIA NO ES DEMOCRACIA, ES UN ESTADO GAMONAL
LA EXPLOTACIÓN ECONÓMICA POR LOS CAPITALISTAS RURALES
Condición para la explotación: Una agricultura campesina con tendencia individualista y economicista.
La tendencia individualista de la agricultura familiar campesina se expresa tanto en el modo de producción y comercialización individualizada de cada familia campesina sobre la base de pequeñas parcelas de tierra dispersas y desconectadas, con una débil asociatividad y cooperativismo; asimismo, se expresa en las motivaciones de mayor rentabilidad y ganancia individual, que cuando los precios de los cultivos están “altos” en el mercado se acrecienta estas motivaciones individualistas; esta agricultura familiar individualista hace vulnerable a los campesinos pequeños y medianos frente a la explotación de grandes inversionistas sembradores a medias y de grandes intermediarios compradores de productos agropecuarios en chacra; y determina un individualismo político (organizativo) y cultural (ideológico) en los campesinos comuneros que tiende a separarlo, aislarlo o desinteresarlo de la vida y organización colectiva comunal; y se transmite hacia la formación de sus hijos, dentro de ellos a los escolares secundarios.
La tendencia individualista de la agricultura familiar se expresa también en la desvinculación de las asociaciones agropecuarias con respecto a la vida, organización y desarrollo comunal integral (organizativo, salud, educación, agua y saneamiento, etc.), muchas de las asociaciones agropecuarias se han constituido fuera de la organización comunal, es decir, no están articuladas ni sujetas a los órganos de dirección comunal como la Junta Directiva y Asamblea General en caso de Comunidades Campesinas, y de las autoridades diversas en caso de caseríos y pueblos. que no son comunidades campesinas, por lo que son representantes de muy pocos comuneros, cuyos beneficios de proyectos y programas han servido en algunas experiencias para el beneficio individualista de los representantes de dichas asociaciones, generando en muchos comuneros un mal concepto y rechazo de la asociatividad, reforzando la producción y comercialización individualizada y dispersa que influye en debilitar la organización comunal y sus formas de cooperación familiar y comunal.
La tendencia economicista de la agricultura familiar se expresa en la separación de las motivaciones y objetivos de seguridad económica (rentabilidad, ganancia) con los de soberanía y seguridad alimentaria nutricional familiar-local (lucha contra la desnutrición y anemia); donde la prioridad está en producir “cantidad” para el “mercado” regional y nacional con el uso indiscriminado de agroquímicos tóxicos, como es el caso de la papa blanca que es prioridad con tendencia al mono-cultivo, y en los últimos años se acrecienta la orientación hacia el exterior de cultivos (exportación de paltas y otros cultivos permanentes), esta orientación es promovida indirectamente por las instituciones gubernamentales cuyos programas sociales como Qali Warma, Complementación Alimentaria (PCA) y Vaso de Leche (PVL) no están articulados a la compra de la producción agropecuaria local; con poca importancia en producir y cubrir la demanda familiar y local de alimentos agropecuarios sanos, “antiguos” y altamente nutritivos como trigo, oca, mashua, cebada, avena, shupe, olluco común, arracacha, habas, alverja, maíz cancha, col de árbol, atajo, ñabo, rábanos, guarapo, duraznos, frejol común o poroto, Cushuro, tocosh de papa y maíz, crianza de pato, pavo, conejo, cuy, carneros, pescados de río y otros productos agropecuarios cuya producción ha disminuido o desaparecido, para ser cambiados por productos procesados e industrializados como fideos, arroz, harinas y otros productos agropecuarios traídos de la ciudad de Huánuco; así mismo, no se han visto mecanismos de asegurar productos marinos de alto valor nutricional; por lo anterior el consumo alimentario de productos altamente nutritivos no producidos y no disponibles en las familias y comunidades, se desarrolla como una demanda no organizada ni planificada comunitariamente y sujeta a la oferta de intermediarios privados que en su mayoría elevan en demasía los precios.
La tendencia economicista de la agricultura familiar se expresa también en la desvinculación de las asociaciones agropecuarias de su participación política (pública) activa en la toma de decisiones públicas locales y regionales sobre el desarrollo agrario campesino, como en la decisión de políticas, presupuestos, proyectos y programas; esta desvinculación de su participación política (pública) activa, en parte, de se debe a una nula o débil unión sindical de las asociaciones agropecuarias en una respectiva Federación Agropecuaria Distrital, Provincial, Regional y Nacional.
Complemento para la explotación: supervivencias del “patriarcado”, “machismo” con la débil participación organizada de la mujer rural
La división del trabajo agropecuario familiar tiene la predominancia del varón con fines de producción en “cantidad” para el “mercado” y representando a la familia en la constitución de asociaciones agropecuarias, mientras que la mujer se encarga de la producción con fines de seguridad alimentaria nutricional familiar en “pequeñas” huertas y crianza de menores, sin tener mayor participación en alguna asociación agropecuaria, situación que refuerza las tendencias patriarcales y machistas en la vida y organización familiar y comunal. Asimismo, las mujeres rurales vienen desarrollando con limitaciones las funciones de agentes comunitarios de salud (ACS), facilitadores de programa Cuna Más, madres líderes de programa Juntos, miembros de Comités de Vaso de Leche y otros voluntarios de salud ligados a la promoción de la seguridad alimentaria nutricional dirigida por las instituciones públicas diversas.
Sobre la concepción del rol de participación comunitaria de la mujer rural, se observa principalmente la función como educadores sanitarios en estilos de vida saludables (alimentación, higiene, cuidados) con sesiones educativas, demostrativas, visitas domiciliarias y promoción de suplementos (“chispitas”, sulfatos ferrosos, otros); con debilidad del rol comunitario en salud como gestores comunales sobre determinantes de la seguridad alimentaria nutricional como disponibilidad y accesibilidad de alimentos altamente nutritivos actuales e históricos “antiguos”. Sobre la metodología de participación comunitaria, se observa principalmente una participación y trabajo individualizado y muy dependiente del nivel gubernamental (Sector Salud, Cuna Más, Juntos, Municipalidad, otros); con débil participación organizada y articulada comunal, intercomunal y distrital autónoma entre los mismos líderes comunitarios de salud y con las organizaciones agropecuarias (asociaciones), así como una débil participación organizada en espacios gubernamentales de decisión política y presupuestal (como Presupuestos Participativos).
Sobre la base económica de participación comunitaria, se visualiza principalmente un compromiso voluntario, no remunerativo, con incentivos gubernamental individualizado a cada líder comunitario en salud (canastas para agentes comunitarios de salud, pago monetario a facilitadores cuna más, cuotas a miembros de comité de vaso de leche, otros); con débil capacidad de auto-generación de ingresos comunalmente ligado a la actividad agropecuaria, así como de incentivos comunales para la mano de obra de los mismos líderes comunitarios de salud. Sobre el trabajo multisectorial de participación comunitaria, tanto comunal y local, se observa principalmente una hegemonía gubernamental “política” y “profesionalista” en la orientación y decisión de proyectos o programas de salud; con una participación pasiva y poca crítica de los líderes comunitarios en salud.
Mecanismos de explotación capitalista rural
Los grandes campesinos e inversores sembradores, que aprovechándose de su capital productivo (capital en dinero, en insumos agrícolas, en medios de transporte, en maquinaria agrícola) explotan usando la modalidad del “sistema de siembra a medias o al partido” , con métodos de producción “rudimentarios” y sin dar mayor valor agregado o industrializado a la producción, monopolizando a su favor la venta de toda la producción trabajada a medias (donde generalmente engañan sobre el precio de venta real y se apropian de grandes ganancias, o fijan precios miserables a los cultivos que compran al campesino y luego lo venden a casi el doble de precio a otros mercados), con el acaparamiento (mediante la compra o alquiler) de un exceso de hectáreas de tierras comunales y no comunales, donde los perjudicados son los campesinos pequeños-medianos que (en situaciones de pérdidas y crisis) llegan a quedar endeudados y actuar como peones explotados o “semi-siervos” de estos grandes campesinos e inversionistas sembradores, sin salir de su situación de pobreza y ruina económica, mientras el gran campesino e inversionista sembrador casi nunca se ve perjudicado o se perjudica en lo mínimo. Asimismo, explotan “la mano de obra barata” de los jornaleros, peones u obreros del campo, que en su gran mayoría son los mismos campesinos pequeños y más pobres que se ven obligados a desarrollar este trabajo para poder subsistir, por falta de un suficiente capital productivo y mercado directo para desarrollar su agricultura.
Los grandes comerciantes intermediarios compradores de productos agropecuarios en chacra, que aprovechándose de su capital en forma de medios de transporte (tráileres, camiones), explotan usando la modalidad del engaño en el precio al que compra los productos agropecuarios, recuperando toda su inversión y obteniendo sus ganancias a costa de descontarle al precio de compra de los productos agropecuarios en chacra, precio de compra que en muchos casos llega a reducirse por debajo de la inversión del campesino haciendo que pierda su capital o le deja un miserable margen de ganancia de su trabajo; utilizan además en muchos casos el robo con la adulteración del pesado (kilaje) con sus “propias balanzas” o “al ojo” y con diferenciación de precios de compra de productos agropecuarios en primera, segunda y tercera calidad, cuando ellos lo venden en el mercado mayorista a un solo precio muy conveniente para sus ganancias; situación similar de explotación con engaño en el precio y el kilaje, ejecutan los intermediarios compradores en sus grandes centros de acopio de la ciudad, a donde acuden los campesinos pequeños-medianos con sus productos agropecuarios; existen también los grandes intermediarios compradores (proveedores) de productos agropecuarios procesados extranjeros (arvejas, lentejas, otros) y nacionales que son privilegiados por los adinerados contratos estatales de programas sociales (Qali Warma, Complementación Alimentaria-PCA, Vaso de Leche, otros) y marginan del mercado estatal la producción campesina regional.
Los industriales de la construcción de obras públicas rurales (consorcios constructores) e industriales de explotación minera, tanto de capitales nacionales y extranjeros, aprovechándose de su capital en maquinarias y dinero, utilizan la modalidad de explotación laboral salarial, pagando miserables jornales y sin reconocer muchos derechos laborales a los obreros del campo, que en su gran mayoría lo conforman los mismos campesinos pequeños-medianos, campesinos sin tierra y nativos explotados por estos patronales, sumado a ello los actos de corrupción en la calidad y terminado. de las obras públicas, arrebatamiento ilegal de territorios comunales, en perjuicio de las comunidades campesinas y nativas; sumado a ello, en casi todos los casos la gran explotación minera destruye el medio ambiente agrícola (suelo, agua, aire), perjudicando ampliamente a los campesinos y nativos de la zona de influencia minera.
Esta explotación económica de los capitalistas rurales es posible en buena medida gracias a la dispersión o desunión agraria (individualismo agrario) con atraso productivo de los campesinos pequeños y medianos, por lo que estos capitalistas rurales se oponen a la gran colectivización agraria, se oponen a que se forman grandes asociaciones y cooperativas agrarias de campesinos pequeños y medianos que les permiten desarrollar una gran producción mecanizada con procesamiento-industrialización y acceso directo a los mercados incluyendo al mercado estatal, y mucho más se oponen a que éstos se unan en Federaciones Agropecuarias (sindicatos campesinos) que luchen contra esta explotación; los capitalistas rurales ven así la pérdida de sus grandes ganancias y su ruina con estas grandes asociaciones y cooperativas agrarias de pequeños y medianos campesinos.
De esta manera, la explotación de los capitalistas rurales, al mantener la dispersión o desunión agraria (individualismo agrario) con atraso productivo de los campesinos pequeños y medianos en la región Huánuco, beneficia en la práctica el desarrollo económico y comercial de los grandes capitalistas intermediarios agro-importadores de productos agropecuarios provenientes de grandes países extranjeros (que invaden los mercados nacionales, incluido el mercado estatal de programas sociales) y beneficia también a los grandes capitalistas costeños agroindustriales. exportadores de productos agropecuarios que acaparan y priorizan el mercado de exportación; por lo tanto, los intereses económicos de los capitalistas rurales en la región Huánuco se encadenan con los intereses económicos de los grandes capitalistas agro-importadores y agro-exportadores del país, con los intereses económicos de los grandes países extranjeros, todos estos intereses económicos aplastan a la gran mayoría de pequeños y medianos campesinos.
LA OPRESIÓN POLÍTICA POR LOS GOBIERNOS GAMONALES
Los gobiernos gamonales son aquellos cuyos alcaldes distritales y provinciales y, gobernadores regionales, ejercen un dominio político de tipo “gamonal” antidemocrático sobre los campesinos y nativos, como si fueran los “ nuevos gamonales o hacendados amos y señores de los campesinos dentro de sus dominios territoriales”; por lo tanto , cuentan con el servicio a su favor de una larga jerarquía de intermediarios que actúan en su gran mayoría como “ nuevos vasallos de estos gamonales” a cambio de recibir beneficios económicos y políticos, pudiendo ser funcionarios públicos “de confianza” (gerentes regionales y municipales, subgerentes, diversos profesionales y técnicos, agentes municipales, etc., que una parte de ellos resultan ser funcionarios corruptos) o pueden ser funcionarios elegidos “democráticamente” (consejeros regionales, regidores municipales, alcaldes de centros poblados, etc.), se suman también a esta gran jerarquía de intermediarios algunas autoridades comunales y sociales que traicionan a sus pueblos. La explotación económica que ejercen los capitalistas rurales, se hace a la vista y paciencia de estos gobiernos gamonales, actuando en la práctica como gobiernos gamonales de capitalistas rurales; donde en muchos casos alcaldes, gobernadores regionales y otros funcionarios públicos, son al mismo tiempo capitalistas rurales (grandes inversores sembradores, grandes comerciantes intermediarios compradores, dueños directa o indirectamente de industrias constructoras y mineras), o han sido financiados por estos capitalistas rurales en sus campañas políticas electorales .
Todo este dominio político de tipo “gamonal” anti democrático, hace que los campesinos y nativos no tengan plena libertad política (democracia) para participar directamente de la administración de los asuntos públicos del estado y gobiernos locales y regionales, convirtiéndose en la práctica en campesinos “semi-siervos” de los “funcionarios públicos”, tal como el campesino era siervo de los terratenientes hacendos de épocas anteriores. Los campesinos y nativos no pueden hacer efectivo su derecho a la participación ciudadana real en los espacios públicos legales donde se discuten y deciden libremente los asuntos del estado y gobierno referidos al tema agrarios y desarrollo rural. Por ejemplo, casi nunca los campesinos y nativos debaten y deciden cuánto y en qué se gastará el presupuesto público agrario local y regional para cada año antes de su aprobación, los “presupuestos participativos” y “audiencias públicas de rendición de cuentas” son espacios de “democracia muerta” que casi nunca se ejecutan conforme a sus normativas y acuerdos reales; los campesinos y nativos no participan en la elección y evaluación de los funcionarios públicos técnicos y asesores del gobierno local y regional por ser “de confianza”.
Este dominio político de los gobiernos gamonales es posible en buena medida gracias a la dispersión o desunión sindical de los campesinos pequeños y medianos, así como a la falta de partidos políticos de nuevo tipo que los unifiquen políticamente, y que luchen y defiendan sus intereses agrarios campesinos; por lo que estos gobiernos gamonales se oponen en la práctica a la constitución y unión de las asociaciones, cooperativas y comunidades en federaciones agropecuarias (sindicatos campesinos) de pequeños y medianos campesinos, éstos no pueden conformar sus federaciones agropecuarias, sin ser observados, marginados o chantajeados por los “funcionarios públicos” directa o indirectamente, mucho menos permitirán que constituyan o se integren a partidos políticos de nuevo tipo. Asimismo, a los gobiernos gamonales les es muy conveniente conservar y fortalecer los restos de “ servidumbre mental ” en la cultura, conciencia y educación de los campesinos y nativos, para que éstos se sientan en una situación de inferioridad y “ deban lealtad, sumisión y obligación a su amo ” los alcaldes y gobernadores regionales.
De esta manera, la opresión política de los gobiernos gamonales, al mantener la dispersión o desunión sindical y política de los campesinos pequeños y medianos en la región Huánuco, evita una integración sindical y política del campesinado entre regiones hasta el nivel nacional, con lo cual beneficia el desarrollo de Gobiernos Nacionales que en la práctica mantienen una Política Nacional Agraria a favor del sector agrario agroexportador-agro importador con la marginación del sector agrario familiar de pequeños y medianos campesinos; por lo tanto, los intereses políticos de los gobiernos gamonales en la región Huánuco se encadenan con los intereses políticos de los Gobiernos Nacionales, todos estos intereses políticos oprimen a la gran mayoría de pequeños y medianos campesinos.
LUCHA POR LA DEMOCRACIA POR PARTE DE LAS FEDERACIONES AGROPECUARIAS (SINDICATOS CAMPESINOS)
Las federaciones agropecuarias (sindicatos campesinos, unión de asociaciones, cooperativas y comunidades) gestionan, exigen y luchan por espacios u organismos públicos con su participación directa, que les permiten una plena libertad política (democracia) para buscar soluciones frente a la explotación de capitalistas rurales y la opresión de gobiernos gamonales. Durante estos últimos años a partir del 2018, se han constituido diversas federaciones agropecuarias distritales y provinciales y, su unión en una Coordinadora Agropecuaria de Comunidades Campesinas y Nativas de la Región Huánuco (Federación o Sindicato Campesino Regional); logrando, a través de esta organización, gestionar y conquistar una Ordenanza Regional 025-2020-GRH-CR de la Política Pública Regional Permanente la Promoción y Desarrollo de la Agricultura Familiar con Soberanía y Seguridad Alimentaria Nutricional que conforma un Consejo Regional Multisectorial de Seguridad Alimentaria Nutricional y Agricultura Familiar con la participación directa de la Coordinadora Agropecuaria de Comunidades Campesinas y Nativas de la Región Huánuco; asimismo, se proyectan también a gestionar y conquistar Ordenanzas Municipales de la Política Pública Local de Promoción y Desarrollo de la Agricultura Familiar con Soberanía y Seguridad Alimentaria Nutricional y la conformación correspondiente de Consejos Distritales y Provinciales de Seguridad Alimentaria Nutricional y Agricultura Familiar con participación directa de las federaciones agropecuarias correspondientes; Desde este Consejo Regional y Consejos Distritales y Provinciales, las federaciones agropecuarias luchan por ejercer su derecho a la plena libertad política (democracia) para proponer, debatir y decidir sobre los asuntos públicos agrarios (presupuestos, programas, proyectos, etc.), como para denunciar y exigir soluciones frente a todos los actos de explotación de los capitalistas rurales y todos los actos de opresión de gobiernos gamonales.
Asimismo, las federaciones agropecuarias se proyectan a desarrollar sus propios “tribunales comunales campesinos”, que no es otra cosa que su propio “poder judicial comunal campesino” a través de sus Rondas Campesinas, como complementos de las Federaciones Agropecuarias, para ejecutar sus “juicios comunales” y sus sanciones efectivas contra esta explotación y opresión, según sus usos y costumbres, como ejercicio de una plena libertad política (democracia). Las Federaciones Agropecuarias entonces, conquistando una plena libertad política (democracia) están abriendo el camino para resolver el problema de la dispersión o desunión sindical y política de los campesinos pequeños y medianos, al mismo tiempo que estimulan a resolver el problema de la dispersión o desunión agraria (individualismo agrario) de éstos. La plena libertad política (democracia) no soluciona inmediatamente la explotación y opresión a los campesinos y nativos, pero les está proporcionando las bases y herramientas para conseguirlo.
NECESIDAD DE UNA REVOLUCIÓN AGRARIA CAMPESINA, DEMOCRÁTICA Y NACIONAL
Según el análisis anterior, el problema agrario campesino en la región Huánuco, es en el fondo el problema de la explotación económica y opresión política del Campesinado. Explotación económica que lleva a la necesidad de transformar la estructura económica en el campo, desplazando y restringiendo a los capitalistas rurales hasta eliminar sus bases y formas de explotación hacia los campesinos pequeños y medianos y jornaleros u obreros del campo, y promoviendo y fomentando consecuentemente el gran cooperativismo agrario campesino (colectivizando la producción, comercialización y consumo), con el apoyo estatal en capital productivo (bonos, subsidios, préstamo a bajo interés, inversión en irrigación, etc.), en maquinaria. agrícola estatal (tractores, máquinas) y mercado principalmente estatal a través de contratos directos, al mismo tiempo que actúa como un mecanismo de la planificación agraria. La opresión política, que lleva a la necesidad de transformar la superestructura política en el campo, eliminando las formas de gobiernos gamonales y la opresión política que ejercen, democratizando el poder político con los campesinos pequeños y medianos y jornaleros u obreros del campo organizados en sus sindicatos campesinos (federaciones) y partidos políticos, a través de una consecuente democracia “de abajo hacia arriba” en las decisiones públicas. Así mismo, existe la necesidad, para que se pueda resolver las necesidades anteriores, de desplazar y restringir a los grandes agro-importadores y agroexportadores nacionales y extranjeros ligados a grandes capitales de países extranjeros, que dominan la Política Nacional Agraria y al Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) a favor de sus intereses con la consecuente marginación económica y política del campesinado peruano. Entonces, existe la gran necesidad de impulsar una Revolución Agraria Campesina, económica y política, que tenga un carácter democrático y nacional, para prioritariamente desarrollar económica y políticamente a la agricultura familiar campesina local, regional y nacional.
Por: Edwin RM
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